La situación de los menores migrantes en Baleares se ha convertido en un verdadero rompecabezas. Mientras el delegado del Gobierno lanza la bola diciendo que «quizás en unos meses lo pidan», muchos nos preguntamos: ¿qué significa eso realmente? La realidad es que, a día de hoy, no hay claridad sobre si el Estado trasladará o no a estos jóvenes a nuestras islas.
Críticas y desilusiones
En medio de todo este lío, el PSIB no ha dudado en señalar al Govern por su falta de acción. Con un tono directo y crítico, acusan a nuestros líderes de insolidaridad. Y con razón, porque la situación exige respuestas y soluciones rápidas. No es justo dejar a estos menores en la incertidumbre mientras nuestros gobernantes se pasan la pelota.
Aún más preocupante es que desde el Ejecutivo se habla de «amenazas» por parte del gobierno español sobre el financiamiento para atender a estos menores. Esto suena casi como un juego cruel donde quienes más sufren son siempre los mismos: aquellos que ya han vivido suficiente dolor.
Parece que la historia sigue repitiéndose; cada crisis trae consigo una nueva serie de promesas incumplidas y decisiones que parecen estar más lejos de la solución real. Este tema nos toca a todos, porque detrás de cada número hay una vida que merece ser escuchada.