La situación en el Mediterráneo no deja de ser alarmante. En un giro desgarrador, más de 260 migrantes han encontrado refugio en los puertos de Palma, Eivissa y Formentera en apenas dos días. Pero lo que realmente inquieta es la respuesta del Govern y el Consell de Mallorca, que aún no tienen claro si el Estado se hará cargo del traslado de estos menores a las Baleares.
Incertidumbre y desinterés
El delegado del gobierno ha dejado caer que quizás, solo quizás, en unos meses se planteen aceptar a estos menores. Mientras tanto, la realidad es otra: muchos desaparecen en las aguas del Mediterráneo sin que nadie se atreva a llamarlos perdidos hasta que se demuestre lo contrario.
No podemos quedarnos indiferentes ante una crisis que nos toca tan cerca. ¿Acaso vamos a permitir que estas vidas queden tiradas a la basura? La situación es grave y la comunidad debe actuar. Estamos hablando de seres humanos con sueños y esperanzas, no números en un informe.