En una jugada que ha dejado a más de uno con la boca abierta, Katy Perry se enfrenta a una multa de 6.000 euros por grabar su videoclip en un espacio protegido de Ibiza. Y no es para menos; ¿quién pensaría que una estrella del pop podría caer en algo así? Sin embargo, aquí estamos, hablando de decisiones que tiran por la borda el respeto a nuestros recursos naturales.
El impacto del turismo desmedido
A medida que las imágenes del videoclip empiezan a circular, muchos se preguntan: ¿es esto lo que queremos? Este caso se suma a una larga lista de incidentes donde la cultura del «todo vale» se impone sobre el sentido común y la conservación. La isla, famosa por su belleza natural, corre el riesgo de convertirse en un mero monocultivo turístico, donde los intereses económicos pisan fuerte y dejan poco espacio para la sostenibilidad.
No es solo Katy; son muchas voces las que claman contra esta tendencia destructiva. Mientras tanto, el paisaje ibicenco sigue siendo testigo mudo de decisiones apresuradas y poco reflexivas. Quizás deberíamos preguntarnos si realmente somos capaces de cuidar lo que amamos o si solo nos queda mirar cómo se desmorona ante nuestros ojos.