Este pasado fin de semana, más de 9.000 personas se lanzaron a las calles y senderos en la tan esperada 51ª edición de la Marxa del Güell a Lluc a peu. Un evento que, año tras año, se convierte en una auténtica celebración de comunidad y naturaleza.
Un recorrido lleno de vida y emociones
Desde los primeros rayos del sol hasta el ocaso, cada participante vivió su propia aventura, ya fuera caminando en grupo o disfrutando del paisaje en soledad. La energía era palpable; risas, charlas y el sonido de los pasos resonaban entre los árboles. ¿Quién puede resistirse a la magia que envuelve esta marcha?
Pero no todo es alegría. Mientras algunos disfrutaban de esta experiencia única, otras noticias nos llegan desde Palma: un hombre ha sido detenido por robar a dos turistas bajo amenazas con una navalla. ¡Vaya contraste! En medio de tanta vida y unión comunitaria, este tipo de incidentes nos recuerda que no todo brilla con luz propia.
A medida que avanza el verano, seguimos escuchando ecos sobre la búsqueda de los ocupantes de una avioneta caída en el Port de Sóller. La incertidumbre está presente, y nuestras esperanzas están con ellos.
En un mundo donde parece que Mallorca está en venta, como muchos dicen refiriéndose al monocultivo turístico, eventos como la Marxa nos recuerdan lo esencial: conectar con nuestra tierra y entre nosotros mismos. Así que celebremos juntos estos momentos y mantengamos viva esa chispa que nos une como comunidad.