Hoy, los trabajadores del TIB se lanzan a las calles por octavo día consecutivo. La tensión y la frustración se sienten en el aire, mientras preparan una manifestación que promete ser intensa en la Estación Intermodal. La situación es crítica; muchos de ellos han llegado al límite y están decididos a alzar su voz en defensa de sus derechos laborales.
Una batalla por lo justo
Estos valientes no solo exigen condiciones dignas, sino que también luchan contra un sistema que parece ignorar sus necesidades. «No podemos seguir así, esto no es solo un trabajo, es nuestra vida», compartía uno de los participantes antes de iniciar la marcha. Con pancartas en mano y un grito unánime de ‘¡basta ya!’, se hacen escuchar. Es un llamado claro a todos: debemos unirnos para poner fin a esta injusticia.
Las escenas son conmovedoras: compañeros abrazándose, risas entre lágrimas y esa chispa de esperanza que solo surge cuando la comunidad se une por una causa común. No están solos; cada vez más ciudadanos se suman a su lucha, reconociendo que el bienestar de estos trabajadores impacta directamente en nuestras vidas diarias. El futuro está en juego, y juntos están decididos a luchar hasta el final.