El pasado 6 de julio, un accidente en Petra dejó a dos personas gravemente heridas, un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida. ¿Cuántas veces hemos escuchado noticias similares? La carretera se convierte en un escenario trágico, y esta vez no ha sido la excepción.
La realidad que enfrentamos
Mientras tanto, el debate sobre el futuro del transporte en Mallorca sigue latente. La cuestión del tren de Alcúdia parece dividir opiniones. Por un lado, están quienes abogan por la modernización y quienes piensan que solo estamos tirando a la basura nuestro patrimonio natural. ¿Es realmente necesario sacrificar más territorio para avanzar?
Y no olvidemos el eco de las palabras del diputado Jorge Campos, quien ha respondido con firmeza a las críticas respecto al uso del mallorquín y español: “A Mallorca parlam mallorquí i espanyol”. Palabras que resuenan entre nosotros, haciendo hincapié en nuestra identidad.
En medio de todo esto, el fuego arrasó un avión en el aeropuerto de Palma dejando a 18 heridos. Es alarmante cómo los incidentes se acumulan y nos obligan a cuestionar nuestra seguridad. Y mientras algunos continúan luchando por sus derechos o denunciando situaciones injustas, como el veto del PSOE al corresponsal de IB3 en Madrid, nosotros nos preguntamos: ¿qué dirección estamos tomando?
A medida que avanza este mes caliente de julio, es fundamental recordar lo que está en juego. No podemos permitirnos elegir entre el progreso y la conservación; debemos encontrar una manera de coexistir sin destruir lo que tanto valoramos.