La mañana del 5 de julio de 2025, el aeropuerto de Palma se convirtió en escenario de una tragedia inesperada. Un incendio en un avión ha dejado a 18 personas heridas, algunas con intoxicaciones graves que nos hacen reflexionar sobre la seguridad aérea.
Preocupación por la seguridad
A medida que los detalles emergen, la inquietud se apodera de nosotros. La noticia no solo es impactante, sino que también lanza una sombra sobre la confianza que tenemos en nuestras infraestructuras. Nos preguntamos: ¿es esto lo que queremos para nuestros viajes?
No es solo un accidente; es un recordatorio escalofriante de lo frágil que puede ser nuestra seguridad. Las voces críticas empiezan a resonar, cuestionando si realmente estamos preparados para enfrentar situaciones así. Todos merecemos volar tranquilos, sin miedo a las llamas ni al caos.
En estos momentos difíciles, enviamos nuestras mejores vibras a los afectados y sus familias. Que esta situación nos sirva como una llamada de atención para exigir más y mejor desde nuestras autoridades.