La reciente propuesta de incluir a los más pequeños en la corrida de toros programada para el próximo 7 de agosto en Palma ha encendido las alarmas. ¿Es realmente necesario exponer a nuestros niños a una tradición tan controvertida? La indignación no se ha hecho esperar y muchos ciudadanos han alzado la voz para denunciar lo que consideran una irresponsabilidad.
Un grito por la educación y el respeto animal
En un momento donde todos hablamos de conciencia social, este tipo de iniciativas parecen sacadas de un mal sueño. Desde diferentes colectivos, se exige que se priorice la educación sobre el espectáculo. Como bien dice uno de los manifestantes: «¿Qué valores estamos transmitiendo si normalizamos esta violencia desde tan jóvenes?» Esta oferta, más que una atracción, es un verdadero reto a nuestra sensibilidad como sociedad.
No podemos permitir que el entretenimiento quede por encima del respeto hacia los seres vivos. Nos preguntamos: ¿hasta cuándo seguiremos mirando hacia otro lado? La comunidad pide un cambio y dejar atrás prácticas que ya no tienen cabida en nuestro tiempo.