El pasado 1 de octubre, la isla de Mallorca se despidió de uno de sus empresarios más emblemáticos, Lluís Rullan. Su legado va más allá de las empresas que creó; fue una figura clave en el tejido social y económico del lugar. ¿Quién no ha escuchado hablar de él en alguna conversación sobre negocios locales? Su muerte deja un vacío difícil de llenar.
Un referente para muchos
A lo largo de su carrera, Rullan se enfrentó a retos que habrían hecho tambalear a cualquiera. Pero él siempre miró hacia adelante, buscando oportunidades donde otros solo veían problemas. Como bien decía, ‘no hay nada imposible si pones el corazón en ello’. Esta filosofía inspiró a muchos jóvenes emprendedores que soñaban con seguir sus pasos.
Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. En estos últimos años, también tuvo que lidiar con críticas por algunas decisiones controvertidas. La comunidad estaba dividida entre los que apoyaban su visión y los que lo acusaban de priorizar el beneficio económico sobre el bienestar del entorno. Y es que, en una isla donde cada metro cuadrado cuenta, los conflictos son inevitables.
A medida que recordamos su trayectoria, es importante reflexionar sobre cómo su legado influirá en el futuro. ¿Nos dejaremos llevar por la nostalgia o tomaremos las riendas para continuar su obra? Solo el tiempo lo dirá.