La ola de calor ha hecho que el termómetro en Mallorca se dispare por encima de los 38 grados, y mientras muchos buscan refugio del sol abrasador, otros enfrentan una realidad aún más dura. Ayer, un hombre de 71 años perdió la vida ahogado en Eivissa, recordándonos lo frágil que puede ser la existencia en estos tiempos extremos.
En medio de esta situación, hay historias que nos tocan el corazón. Recuerdo un día especial, cuando mi pareja y yo decidimos tomar una casa que había sido de otra pareja. Fue un acto cargado de emociones y decisiones difíciles. Mientras tanto, en Menorca, Nel Marti ha sido reconocido con el Siurell Rosa por su lucha incansable por los derechos del colectivo LGTBIQ+. ¡Eso sí es hacer historia!
Una lucha constante
Pero no todo es celebración. La emergencia cinegética declarada en Mallorca nos recuerda cómo nuestras decisiones pueden tener consecuencias inesperadas. Ahora se permite la caza de tórtolas y palomas con escopeta. ¿Es esto realmente necesario? ¿No deberíamos pensar más en nuestra fauna antes de tirar a la basura una parte importante de nuestro ecosistema?
A medida que seguimos adelante, vemos a políticos como el primer ministro balear del PSOE levantando la voz ante las injusticias sociales. En contraste, figuras como Trump están más preocupadas por sus propias peleas personales que por las vidas humanas afectadas por sus políticas migratorias.
A veces parece que hay un interés sistemático en crear una ciudadanía pasiva; sin embargo, algunos como Alma García se niegan a aceptar esa realidad. No podemos quedarnos callados.
Mientras tanto, la cultura también florece: desde debates sobre las mejores películas del siglo XXI hasta reflexiones sobre la cultura animal local. Y así seguimos, mezclando luchas cotidianas con logros culturales.