Recientemente, un vídeo ha puesto en jaque la legalidad de una red de pesca que opera dentro de la reserva del Toro, y como era de esperar, las redes sociales han estallado en indignación. La situación ha llevado a las autoridades a confirmar que esta actividad se encuentra dentro del marco legal. Pero, ¿de verdad eso nos tranquiliza? Muchos creemos que no.
Un verano marcado por la controversia
Aparte de este escándalo pesquero, el panorama en Balears es desolador. Este año hemos registrado el récord de cánceres de piel, algo alarmante si pensamos en cómo los rayos del sol nos abrazan con su calidez. Mientras tanto, vemos a los grupos que defienden la educación pública plantando sus camisetas verdes contra los recortes y ataques sistemáticos a nuestras escuelas.
No podemos olvidar lo que está sucediendo en Ciutadella, donde se debate si permitir el uso de móviles en zonas peligrosas como el Pla. Cada vez parece más claro que estamos tirando por la borda lo que queda de nuestra seguridad y bienestar comunitario.
En medio de todo esto, un hecho trágico sacudió a nuestra sociedad: la muerte de una turista brasileña en Indonesia ha generado un torrente de reacciones. Mientras algunos lamentan lo ocurrido, otros aprovechan para arremeter contra las decisiones políticas relacionadas con el turismo y nuestras relaciones internacionales.
Y hablando de decisiones polémicas, el nuevo acuerdo entre PP y Vox ha dado luz verde a construir en terrenos rústicos sin agotar el suelo urbanizable en Palma. Esto levanta muchas cejas y plantea serias dudas sobre nuestras prioridades. El Govern defiende esta medida como solución a la emergencia habitacional, pero muchos nos preguntamos: ¿realmente es así?
Con declaraciones explosivas desde Estados Unidos, Trump amenaza a España por su gasto militar afirmando que “es terrible” y prometiendo hacerles pagar aún más. En este clima convulso, recordamos momentos surrealistas como aquel nadador olímpico que no sabía nadar o reflexionamos sobre si realmente se han destruido las instalaciones nucleares en Irán.
A medida que todos estos acontecimientos se desarrollan frente a nuestros ojos, solo podemos esperar que nuestro sentido crítico esté siempre alerta ante tanta incertidumbre e injusticia social.