La ciudad de Palma está en constante transformación, pero no siempre para bien. El abandono de algunos espacios se ha vuelto un tema recurrente entre los ciudadanos, y así lo ha expresado Pere Garau, quien no ha dudado en calificar ciertos lugares como «femeres dantescos». Es frustrante ver cómo algunos rincones de nuestra querida isla se convierten en un reflejo de desinterés por parte de las autoridades.
Reacciones ante el cambio
En medio de esta realidad, la noticia sobre la aprobación de la reconstrucción del edificio Bennàssar al carrer 31 de Desembre trae un soplo de esperanza. Manteniendo su façana original y añadiendo una planta más, parece que Cort quiere dar un paso hacia adelante. Sin embargo, muchos se preguntan si esto es suficiente para compensar el abandono que tantos otros espacios han sufrido.
A medida que miramos al futuro, también nos encontramos con otras decisiones controvertidas: desde prórrogas sin multas en zonas de bajas emisiones hasta inversiones millonarias en infraestructuras que prometen cambiar el rostro de la Platja de Palma. Pero entre tanto ruido y movimiento, no podemos olvidar las voces críticas que claman por un enfoque más humano y accesible a la vivienda.
Así estamos, navegando entre promesas e incertidumbres mientras seguimos luchando por recuperar nuestros espacios comunes y dignificar nuestra comunidad. Porque al final del día, todos queremos vivir en un lugar donde podamos sentirnos orgullosos y seguros.