El Diumenge del Be ha llegado para sumergir a Ciutadella en una celebración que es pura esencia. La ciudad, envuelta en el bullicio de la fiesta, da inicio a las emblemáticas festividades de Sant Joan, donde la música, los colores y la alegría se entrelazan en cada rincón. Esta jornada marca un antes y un después; es un momento para disfrutar y recordar lo que significa ser parte de esta comunidad.
Tradición y modernidad se dan la mano
La primera nota del fabiol resuena con fuerza, despertando a todos los que están listos para dejarse llevar por la magia del momento. Pero no solo eso; también hemos visto cómo figuras inesperadas irrumpen en actos importantes, como esa ‘influencer’ que intentó hacerse pasar por divulgadora ante el rey Felip VI. ¡Qué tiempos estamos viviendo!
A medida que avanzan las celebraciones, es imposible no reflexionar sobre el impacto del turismo en nuestra isla. Como bien señala Joan Cabot, “el turismo es un depredador implacable”. En este contexto, surge Som Mallorca, un nuevo partido político decidido a luchar contra la saturación que muchos residentes enfrentan día tras día. No podemos olvidar las palabras de Armengol: “No permitiré que se intente ensuciar mi nombre”. Y así seguimos, alzando la voz por lo que amamos.
Cada año nos encontramos aquí, recordando nuestras raíces mientras miramos hacia adelante. Este Diumenge del Be no solo es una fecha marcada en el calendario; es un símbolo de resistencia y unidad para todos nosotros.