Imagina entrar a la oficina y ser recibido por un par de colas moviéndose con alegría. La idea de llevar a nuestros perros al trabajo está en el aire y, aunque suena idílica, también genera muchas preguntas. ¿Realmente es una buena idea o solo un capricho?
Las ventajas y desventajas de esta moda
Por un lado, hay quienes defienden que tener a nuestras mascotas cerca puede reducir el estrés y mejorar el ambiente laboral. “Mi perro me hace sonreír incluso en los días más grises”, dice Clara, una joven profesional que ya ha probado esta experiencia. Sin embargo, no todos están convencidos. Algunos argumentan que esto podría crear distracciones o incluso conflictos entre compañeros.
Y no solo eso; también hay preocupaciones sobre la higiene y el espacio en las oficinas. Así que nos encontramos ante un dilema: ¿estamos listos para hacer este cambio? Con tantos factores en juego, parece claro que cada empresa debería evaluar sus propias circunstancias antes de decidir si los peludos pueden formar parte del equipo.