En lo que va del año, 328 vidas se han perdido entre enero y mayo mientras intentaban alcanzar las costas de las Balears. Una cifra desgarradora que nos recuerda la cruda realidad a la que se enfrentan miles de personas. Esta situación no es un simple dato; son historias de esperanza, lucha y, lamentablemente, muerte.
Un grito ahogado en el silencio
Mientras tanto, la Fiscalía ha decidido intervenir, presentando una denuncia por la evidente desidia del Ministerio de Medio Ambiente. ¿Cómo es posible que tengamos miles de expedientes caducados? Este abandono sistemático pone de manifiesto una falta alarmante de compromiso con quienes arriesgan todo por un futuro mejor. Y ahí estamos nosotros, mirando hacia otro lado mientras estos hombres y mujeres luchan por sobrevivir.
A raíz de esta situación, surge una manifestación que ha generado controversia: los medios británicos no han tenido reparo en calificar a los manifestantes como “furiosos”, “woke” o incluso “idiotas”. Pero ¿quiénes son ellos para juzgar el dolor ajeno? La gente se está organizando para poner freno al monocultivo turístico que amenaza nuestra esencia y nuestras costas. Es hora de unir fuerzas y proteger nuestro entorno antes de que sea demasiado tarde.