En Mallorca, la violencia ha vuelto a mostrar su rostro más cruel. Cuatro personas han sido detenidas por dar una paliza a una pareja en Llucmajor, un hecho que nos deja sin palabras y con el corazón encogido. Este tipo de agresiones no solo hieren a las víctimas, sino que también afectan a toda la comunidad, sembrando el miedo donde debería haber amor y respeto.
La intolerancia no tiene cabida
Lo más indignante es que estas situaciones se repiten con demasiada frecuencia, como si la intolerancia estuviera arraigada en nuestra sociedad. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que el odio gane terreno? La comunidad LGTBI+ merece vivir sin temor, disfrutar de su vida libremente y amar sin restricciones. No podemos seguir mirando hacia otro lado.
A medida que escuchamos estas noticias desgarradoras, se hace más urgente alzar la voz y exigir justicia. No hay excusas para justificar este comportamiento violento; debemos unirnos y trabajar juntos para crear un entorno seguro para todos. La diversidad es nuestra fortaleza y cada ataque contra ella es un ataque contra nosotros mismos.