En un acto que resuena con fuerza en nuestra comunidad educativa, tres escuelas concertadas han decidido unir fuerzas con la Asamblea de Docentes. Este movimiento no es solo una simple adhesión; es un grito en defensa del derecho a recibir educación en catalán, un idioma que forma parte de nuestra identidad y cultura.
La voz de los docentes se alza
A medida que avanzamos hacia el futuro, cada vez es más evidente que las decisiones tomadas por algunos partidos políticos amenazan la riqueza cultural que hemos cultivado. La reciente crítica desde la Facultat d’Educació hacia el pacto entre PP y Vox no ha pasado desapercibida: “Esto constituye una vulneración grave del Decret de mínims”, afirman con razón los educadores. Nos encontramos ante una situación donde lo que está en juego es mucho más que unas pocas plazas escolares; se trata del acceso equitativo a un modelo educativo inclusivo.
Aunque las voces críticas crecen, también hay iniciativas positivas. La campaña de l’OCB busca informar a las familias sobre los beneficios de escolarizar a sus hijos en catalán, algo que debería ser motivo de orgullo y no motivo de confrontación.
La conexión entre propietarios de pisos y docentes desplazados promete mejorar la situación actual. Sin embargo, la manifestación contra la saturación turística también ha dejado claro que hay quienes sienten que su voz está siendo ignorada. A pesar de todo esto, Antoni Costa se muestra optimista: “Somos una economía turística orgullosa de serlo”, dice mientras nos recuerda la importancia del equilibrio entre turismo y calidad de vida para todos.
Así seguimos adelante, luchando por nuestros derechos y defendiendo nuestra lengua como pilar fundamental en la educación. No dejemos que tiren por la borda lo que tanto valor tiene para nosotros.