La historia de nuestro continente no solo se cuenta a través de sus monumentos y paisajes, sino también bajo la superficie. Imagina un mundo lleno de coves, minas y catacumbas que nos hablan del pasado. Aquí, cada rincón esconde secretos que han estado en la sombra durante siglos.
Una batalla por la identidad
Pero no todo es magia en este viaje subterráneo. La masificación turística ha comenzado a afectar estos lugares, llevándolos al borde del colapso. Como dice uno de los manifestantes en Palma: “Basta ya de convertir nuestra cultura en un monocultivo turístico”. Y es que miles de personas están alzando su voz, exigiendo cambios y defendiendo lo que queda de nuestra esencia.
Los turistas alemanes también se han unido a esta lucha; su mensaje es claro: “Solidaridad con la lucha”. En el corazón de esta protesta, resuena un grito colectivo: “Salimos hasta que el Gobierno nos escuche”. Es un recordatorio poderoso de que todos compartimos este espacio, y todos tenemos una responsabilidad.
A medida que exploramos las profundidades del continente, debemos recordar la importancia de cuidar nuestro patrimonio cultural. Cada mina abandonada o cueva olvidada merece ser preservada para las futuras generaciones. Así que sí, salgamos a luchar por nuestros espacios, porque al final del día, somos nosotros quienes decidimos qué legado queremos dejar.