Hoy en día, muchos de nosotros sabemos más sobre la vida de figuras como Maria Pombo que sobre aquellos amigos de la infancia con los que solíamos compartir risas y secretos. La verdad es que, en esta era digital, las redes sociales nos han acercado a personas que nunca hemos conocido en persona, mientras dejamos de lado esos vínculos auténticos y profundos.
El brunch y sus consecuencias
Pensar en cómo ha cambiado nuestra vida social desde la llegada del brunch me resulta casi nostálgico. Nos hemos vuelto esclavos de esa moda tan trendy y, sin darnos cuenta, nuestra capacidad para conectar se ha debilitado. Me pregunto si todos sentimos miedo a ser considerados esa mala amiga, la irresponsable del grupo. Esa sensación nos lleva a cuestionar qué estamos haciendo realmente con nuestras relaciones.
Y mientras tanto, cientos de miles de euros se destinan anualmente al festival Mallorca Live, mientras el circuito local va desapareciendo poco a poco. Los gritos de quienes piden menos turismo y más calidad de vida resuenan cada vez más fuertes. El colectivo Menys Turisme, Més Vida ha tomado medidas drásticas incluso parando un bus turístico para denunciar esta masificación insostenible.
Aunque algunos pueden estar disfrutando del boom turístico y las fiestas llenas de glamour, no podemos ignorar las consecuencias que esto trae consigo. ¿Dónde queda nuestra identidad como comunidad? Si seguimos por este camino, pronto seremos solo espectadores en nuestro propio hogar.