Durante la temporada turística, las Islas Baleares se enfrentan a un problema alarmante: la producción de residuos se triplica. Es una cifra que hace reflexionar y nos invita a cuestionar cómo gestionamos nuestro paraíso. Todos los veranos, con el aumento del turismo, parece que también aumenta nuestra incapacidad para manejar lo que generamos. Pero, ¿es esto realmente sostenible?
La sombra de la incineradora
El Consell d’Eivissa ya ha dejado caer la posibilidad de construir una incineradora. Una decisión que despierta un mar de críticas entre los ciudadanos. Muchos sienten que esta propuesta es como tirar a la basura nuestras esperanzas de un futuro más limpio y verde. Cuando vemos cómo el turismo se convierte en un monocultivo turístico, no podemos evitar preguntarnos si estamos sacrificando nuestro entorno por unos beneficios económicos momentáneos.
En cada rincón de estas islas, hay voces que reclaman un cambio real y tangible en nuestra gestión de residuos. La situación no puede seguir así; necesitamos ser más cívicos y responsables, como esos colomitos que pasean por las plazas. Está claro que tenemos que encontrar soluciones creativas antes de convertir nuestro hogar en un vertedero insostenible.