En un giro esperanzador para la comunidad sanitaria, un impresionante 66% de los profesionales ya contaba con el requisito de hablar en català. Los demás no se quedaron atrás; aprovecharon la oportunidad del proceso extraordinario que tuvo lugar el pasado año. Es una muestra palpable de cómo el compromiso con la lengua puede ser un acto de respeto y deseo de integración, como bien expresó Mahécor Mbengue: «Para mí, hablar català es un acto de respeto y voluntad de integración».
La controversia en torno al idioma
No obstante, no todo es tan sencillo. El PP de ses Salines ha dejado claro su rechazo a posicionarse a favor del uso del catalán en la educación, levantando ampollas entre quienes abogan por la diversidad lingüística. Y ahí están las voces críticas que preguntan: ¿está desapareciendo nuestra pronunciación? Un debate más que necesario en tiempos donde parece que algunas tradiciones se van desvaneciendo.
Además, las tensiones también emergen en otros frentes. La denuncia reciente sobre la imposición del castellano durante el Mallorca Live ha hecho eco entre muchos artistas locales. De las más de ochenta actuaciones programadas, solo tres fueron en català. Este tipo de situaciones nos hacen reflexionar sobre qué dirección queremos tomar como comunidad y cómo proteger nuestra identidad cultural.