La asociación Consubal no ha podido quedarse de brazos cruzados y ha decidido dar un paso adelante, denunciando al festival Mallorca Live ante el organismo de consumo. ¿El motivo? La prohibición de entrar comida y la negativa a aceptar pagos en efectivo. Algo que, sin duda, toca la fibra sensible de muchos de nosotros. En un mundo donde cada vez nos intentan poner más barreras, esta situación es simplemente inaceptable.
Reacciones y consecuencias
El Consell de Mallorca está considerando sanciones que podrían alcanzar los 30.000 euros para regular la entrada de vehículos en eventos masivos. Por si fuera poco, en el horizonte también se dibujan alertas amarillas por las temperaturas extremas que se avecinan este fin de semana; ¡casi 40 grados! Y mientras tanto, los problemas con los 7.000 colomos que invaden Palma siguen siendo un tema candente, dejando a muchos con una sensación incómoda al tender la ropa fuera.
No podemos olvidar mencionar el caso del empresario alemán que está dispuesto a ofrecer 10.000 euros a quien logre identificar al vandalo responsable de destrozar sus carteles. Un gesto que demuestra hasta dónde hemos llegado: nadie quiere ser víctima del vandalismo ni tampoco ver cómo sus derechos son pisoteados en festivales donde debería primar el disfrute.
Y entre todo esto, surgen otras voces críticas: la denuncia sobre la imposición del castellano en el evento cultural ha resonado fuerte entre quienes defendemos nuestra lengua y cultura. De más de ochenta actuaciones, solo tres son en catalán… ¿Dónde queda nuestra identidad?
A medida que las cosas avanzan, no podemos evitar preguntarnos hacia dónde vamos como comunidad y qué estamos dispuestos a hacer para defender lo que es nuestro.