En el reciente festival Mallorca Live, la controversia ha estallado como un volcán en erupción. Con más de ochenta actuaciones programadas, solo tres de ellas se han presentado en catalán. Y aquí es donde la comunidad se siente herida y olvidada.
Un grito por la diversidad lingüística
¿Es que no podemos disfrutar de nuestra lengua? Esta situación ha llevado a muchos a alzar la voz. La mayoría de los asistentes, que anhelan ver y escuchar artistas en su idioma, sienten que el castellano se impone sin compasión. Esto no es solo una cuestión cultural; es un reflejo de cómo se trata a nuestra identidad.
A medida que pasaban los días del festival, las redes sociales ardían con comentarios y críticas directas. Las personas no se quedaban calladas: “¡Es increíble que en nuestra propia tierra tengamos tan pocas oportunidades para escuchar música en catalán!”, comentaba uno de los asistentes, visiblemente indignado.
No podemos ignorar el hecho de que eventos como este deberían ser un espacio donde todas las voces resuenen por igual. Pero parece que algunos quieren tirar a la basura esa idea y optar por un monocultivo turístico que ahoga nuestras raíces.
Así están las cosas en Mallorca: un lugar hermoso pero también lleno de tensiones lingüísticas. Todos queremos sentirnos representados y escuchados, ¿no crees? Es hora de repensar cómo celebramos nuestra diversidad cultural.