En las Islas Baleares, los centros educativos han decidido alzar la voz y enfrentarse al conocido como «pacto de la vergonya» entre el PP y Vox. En este contexto, las camisetas verdes se han convertido en un símbolo de resistencia, como si fueran estandartes ondeando en una batalla por lo que realmente importa: la educación pública.
La fuerza de una comunidad unida
A medida que los días pasan, vemos cómo la comunidad educativa se moviliza. Muchos docentes están respaldando el manifiesto de l’Assemblea de Docents, clamando a gritos que “la pública no se toca”. Y es que estamos hablando de algo más profundo que simples palabras; estamos hablando del futuro de nuestros hijos y del derecho a una educación digna.
No podemos ignorar cómo las decisiones políticas parecen estar tirando a la basura años de esfuerzo y dedicación. Cuando escuchamos declaraciones como las del conseller, donde asegura que si no fuera por él, muchos docentes ya estarían sancionados y sin trabajo, es difícil contener el enfado. ¿De verdad es esta la forma en que valoran a quienes educan a nuestras generaciones?
La lucha sigue adelante y con ella llegan buenas noticias: ¡se espera una nueva remesa de 10.000 camisetas verdes para este viernes! La solidaridad entre compañeros se siente fuerte y clara; todos están dispuestos a seguir defendiendo su causa con cada fibra de su ser.
Así avanza esta historia llena de emoción e incertidumbre. Los colegios no solo son edificios donde aprendemos; son el corazón latente de nuestra sociedad. Cada camiseta verde representa un compromiso inquebrantable con el futuro educativo. Así que sigamos unidos en esta lucha porque lo que está en juego es demasiado importante para dejarlo pasar.