En un rincón de Menorca, Cala Macarella se ha ganado el título de una de las playas «más originales y secretas» de Europa. Pero más allá de su belleza natural, la realidad es que hay un trasfondo preocupante que no podemos ignorar. Mientras disfrutamos del sol y la arena, hay quien está tirando a la basura la esencia de lo que debería ser este paraíso.
Un verano agridulce
La llegada del verano trae consigo no solo turistas ansiosos por descubrir esta joya mediterránea, sino también una serie de problemas que ensucian su encanto. Los vecinos están alzando la voz contra las «party boats» que han convertido el paseo marítimo en su propio espacio privado. Es increíble cómo un lugar tan hermoso puede verse amenazado por el descontrol y la falta de respeto hacia el entorno.
No podemos quedarnos callados mientras vemos cómo se degrada lo que tanto amamos. La comunidad está cansada y se pregunta: ¿hasta cuándo permitiremos que esto continúe? Es hora de defender nuestras costas y exigir un turismo responsable. Cala Macarella merece ser protegida, no solo como un destino turístico, sino como parte vital de nuestra identidad.