¿Alguna vez te has preguntado cuáles son esos rincones de las Balears que están a reventar de turistas? La respuesta no es sencilla, y es que el fenómeno del turismo ha crecido tanto que parece haber perdido su esencia. En la búsqueda constante de los mejores lugares, Calvià se lanza a la caza de ‘tu rincón preferido de Magaluf’ como si se tratara de una joya escondida. Pero tras esta promoción turística se esconde una realidad mucho más compleja.
Saturación y consecuencias
Las places fantasma, esos espacios vacíos llenos de promesas incumplidas, alimentan los beneficios hoteleros mientras el caos reina en las calles. ¿Qué pasa cuando llenamos habitaciones con adultos apilados en sofás? La saturación se hace insostenible. No solo eso, sino que los supermercados han visto un incremento del 25% gracias al auge turístico y a la llegada masiva de población. Es un ciclo que nos lleva a preguntarnos: ¿a qué precio?
A veces parece que todo vale por un puñado de euros. Y así, mientras unos pocos celebran sus ganancias, otros observan impotentes cómo sus pueblos van perdiendo su identidad cultural. El impacto ya lo vemos: jóvenes en Artà levantan su voz con gloses contra la falta de vivienda; la Plataforma contra los Megacreuers pide límites claros para proteger nuestros espacios… Un clamor que no podemos ignorar.