En un momento en que la educación se enfrenta a desafíos mayúsculos, la comunidad educativa ha decidido no quedarse callada. «Hi haurà renou», advierten con firmeza. No se trata de un simple aviso; es un grito de alerta que resuena en las aulas y pasillos de nuestros colegios e institutos.
Las voces de profesores, padres y estudiantes se entrelazan en una melodía desafiante ante lo que consideran injusticias. Desde el coste exorbitante que las grandes tecnológicas deberían abonar a los medios, hasta el daño que el monocultivo turístico provoca a nuestras islas. Es hora de poner sobre la mesa temas urgentes, como el futuro del idioma en nuestras aulas, donde PP y Vox han hecho acuerdos para incorporar el castellano como lengua vehicular.
Los retos del sistema educativo
No podemos ignorar la realidad de los correctores de las pruebas de acceso a la universidad, quienes cuentan historias desgarradoras sobre su trabajo: «Ya no sabía qué revisaba. Me ploraban los ojos». Estas declaraciones son solo una muestra del caos que reina en nuestro sistema educativo.
A medida que avanzamos hacia nuevas legislaciones impulsadas por figuras como Rafel Nadal, es crucial reflexionar sobre lo que realmente necesitamos: leyes pensadas para mejorar nuestro entorno educativo y no simplemente para servir intereses políticos. En definitiva, estamos ante una oportunidad única para hacer escuchar nuestras voces y cambiar las cosas antes de que sea demasiado tarde.