La reciente decisión del Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears (TSJIB) ha dejado a muchos con un sabor amargo en la boca. No se puede entender cómo se permite el cierre del IES Politècnic, una institución que ha sido faro de formación y oportunidades para tantos jóvenes. Esta resolución llega como un jarro de agua fría, desestimando el recurso presentado por la comunidad educativa que luchaba por mantener abiertas sus puertas.
Una lucha en vano
A pesar de los esfuerzos y las protestas, el tribunal no ha visto razones suficientes para cambiar el rumbo. Y mientras unos se rasgan las vestiduras por esta situación, otros miran hacia otro lado, como si esto no fuera con ellos. Es inaceptable que se siga tirando a la basura el futuro educativo de nuestra juventud.
La comunidad está indignada; padres, alumnos y profesores sienten que han sido ignorados en su clamor por una educación digna y accesible. En este contexto, surgen preguntas: ¿qué pasará con los estudiantes? ¿Cómo afectará esto al tejido social y económico de la zona? Es momento de levantar la voz y exigir cambios reales.