¿Te imaginas cómo era Palma antes de que los edificios invadieran su paisaje? Ahora, gracias a un mapa interactivo, podemos retroceder en el tiempo y ver la ciudad cuando todo eran campos. Es una herramienta fascinante que nos permite conectar con nuestras raíces y entender cómo ha evolucionado nuestro entorno. Pero no todo son alegrías en esta historia.
El reto de recordar lo que fue
A medida que exploramos este mapa, surgen preguntas sobre el presente. Mientras algunos celebran la modernización, otros lamentan las pérdidas. La denuncia del efecto negativo de la reforma de la plaza de les Columnes resuena entre los vecinos. Y es que, ¿no deberíamos cuidar más nuestra historia y nuestros espacios?
No podemos ignorar la sensación de abandono en ciertos lugares como el Carnatge; “Si no fuera en Mallorca, lo tratarían como oro”, dicen muchos ciudadanos indignados por el descuido. ¿Acaso es justo que nuestros rincones queden relegados al olvido mientras se priorizan otras inversiones?
Palmemos la atención también a las políticas actuales: ¿qué hay detrás del monocultivo turístico? Nos enfrentamos a situaciones absurdas, como las restricciones para extranjeros con viviendas aquí que solo podrán tener un coche por hogar. Mientras tanto, temas fundamentales quedan sin resolver y nuestras calles siguen llenándose de incertidumbre.
No todo está perdido; cada vez más voces se levantan para demandar cambios reales y recuperar lo que hemos dejado atrás. Así que, amigos, sigamos explorando Palma y defendiendo nuestra historia juntos.