En una reciente conversación, Joan Carles Casanovas expresó algo que todos hemos sentido alguna vez: al entrar en un hotel, esperamos encontrar eso que nos falta en nuestro hogar. Y es que, cuando viajamos, no solo buscamos comodidad, sino también esa chispa de novedad que a veces se escapa de nuestra rutina diaria.
Un refugio temporal
Casanovas supo dar voz a un sentimiento común. Todos hemos tenido la experiencia de querer escapar por unos días y descubrir ese rincón perfecto donde la atención al detalle hace la diferencia. Un buen servicio y un ambiente acogedor son esenciales para hacer de nuestra estancia algo memorable. Pero ¿hasta qué punto se están cumpliendo estas expectativas? En un mundo donde el monocultivo turístico amenaza con desdibujar la autenticidad de nuestras experiencias, es fundamental recordar lo que realmente buscamos cuando cruzamos las puertas de un hotel.
Por otro lado, el problema del turismo masificado sigue latente. Con más de 260.000 cruceristas llegando a las Islas Baleares solo en abril, surge la pregunta: ¿estamos realmente preparados para recibir a tantos visitantes sin perder nuestra esencia?
No podemos olvidar las voces de quienes claman por soluciones reales frente a esta realidad. La comunidad necesita ser escuchada y protegida ante los embates del turismo indiscriminado y sus consecuencias.