Imagina que el año 2024 ha sido un punto de inflexión en la gestión medioambiental de nuestras islas. Los agentes de Medi Ambient, esos guardianes silenciosos de nuestra naturaleza, han presentado un 25% menos de denuncias respecto al año anterior. ¿Pero qué significa esto? Algunos lo ven como un signo positivo, quizás una señal de que las cosas están mejorando. Sin embargo, la realidad es más compleja.
Las cifras no cuentan toda la historia
A pesar de esta disminución notable, el Govern ha decidido tramitar todas y cada una de estas denuncias. Es como si dijeran: «No vamos a tirar a la basura ni una sola queja». Pero, ¿realmente estamos logrando avanzar? Juan Cruz, un ciudadano preocupado por el futuro del entorno natural, comparte su perspectiva: «Mi pareja me desea suerte cuando le digo que me voy a luchar contra este monocultivo turístico que arrasa con nuestro patrimonio».
Además, no podemos ignorar el clamor popular que surge ante problemas como los conflictos familiares en las escuelas o situaciones críticas reflejadas en virales vídeos. La presión es evidente y palpable. Mientras tanto, voces disonantes se levantan desde distintas áreas; algunos incluso cuestionan acuerdos políticos muy serios diciendo que no se firman con boli sino con sangre.
Así estamos, entre avances y retrocesos. En definitiva, todo está en juego y necesitamos seguir atentos a cómo se desarrollan estos eventos en nuestra comunidad.