El GOB ha lanzado una alerta que no podemos ignorar: las Baleares no están preparadas para enfrentar las sequías y las inundaciones que podrían azotar nuestras tierras en un futuro cercano. ¿Cómo es posible que estemos tan desprevenidos ante estos fenómenos cada vez más comunes? La preocupación se hace palpable entre los ciudadanos, quienes ven cómo su hogar podría verse arrasado por la falta de planificación y recursos.
La cultura del mar en peligro
Antoni Grau, uno de los miembros más vocales de esta organización, nos recuerda que la sociedad está perdiendo el conocimiento y la cultura del pez. Es frustrante ver cómo generaciones enteras olvidan lo esencial. ¿Dónde han quedado esos saberes que nuestros abuelos nos transmitían? En lugar de valorar nuestra tradición pesquera, parece que estamos tirando a la basura una parte importante de nuestra identidad.
Además, hay un clamor creciente entre los vecinos: ¡basta ya! Las calles están llenas de turistas, muchos alojados en más de 20.000 plazas ilegales, convirtiendo nuestras comunidades en meros escenarios para ellos. Y mientras tanto, nosotros seguimos organizando protestas como la reciente cassolada en el CEIP de Pràctiques para denunciar esa segregación impuesta por la Conselleria.
No podemos mirar hacia otro lado. Debemos unirnos y exigir respuestas antes de que sea demasiado tarde. Como dice Josep Maria Llompart: “Mientras me quede un bri d’alè”. No dejemos que nuestro hogar se convierta en un mero recurso turístico sin alma.