Hoy, en el corazón de Palma, más de un centenar de educadores de la etapa 0-3 han decidido alzar la voz. Con pancartas en mano y un claro mensaje en sus corazones, se han plantado ante la sede del Govern para exigir una subida inmediata de 310 euros mensuales. Un incremento que consideran no solo necesario, sino absolutamente justo.
La situación es insostenible
Estos valientes profesionales están cansados. Cansados de ver cómo su labor, vital para los más pequeños, se menosprecia y se traduce en salarios que apenas alcanzan para cubrir las necesidades básicas. “Nos sentimos olvidados”, dice uno de ellos con la mirada firme y decidida. Ellos son quienes cuidan y educan a nuestros hijos en sus primeros años, una etapa crucial que no debería ser tratada como un mero trámite.
Los educadores han decidido decir basta. No pueden seguir tirando a la basura su esfuerzo diario mientras las instituciones miran hacia otro lado. “No pedimos lujos, solo lo que merecemos por nuestro trabajo”, clama otra voz entre la multitud. Y es que su mensaje resuena con fuerza: este monocultivo turístico que llena las calles de turistas no puede ir por encima del bienestar educativo.
A medida que el sol caía en el horizonte palmesano, su determinación brillaba aún más fuerte. Hoy han demostrado que cuando se trata del futuro de nuestros niños y del reconocimiento a su labor, ellos están dispuestos a luchar hasta el final.