Valldemossa, un rincón idílico en Mallorca, se ha convertido en el epicentro de una creciente preocupación entre sus habitantes. La masificación turística está arrasando con la esencia del lugar y los vecinos no pueden más. Con un claro mensaje, han decidido hacer frente a la situación y lanzar un grito desesperado: ‘¡Basta ya!’. Esto no es vida, dicen.
El clamor de un pueblo cansado
Con cada temporada que pasa, las calles del pueblo se llenan de turistas que buscan disfrutar de su belleza. Pero esta afluencia incontrolada está desgastando no solo el entorno natural sino también la convivencia entre los propios valldemossins. «Nos sentimos como si estuviéramos en una atracción turística y no en nuestro hogar», comenta uno de los residentes. Las plazas que solían ser espacios para compartir ahora son apenas transitables.
La comunidad exige acciones concretas al Ayuntamiento, pidiendo alternativas que no tiren a la basura lo que hace único a Valldemossa. Muchos se preguntan: ¿hasta cuándo vamos a permitir que nuestra cultura sea devorada por el monocultivo turístico? La respuesta parece clara para ellos: hay que actuar ya.