El pasado 7 de mayo, Francesc Fiol fue nombrado nuevo presidente del Consell Econòmic i Social de les Balears, un hecho que marca un nuevo rumbo en la política económica de nuestras islas. En un momento donde las voces se alzan en contra del monocultivo turístico y el descontrol en la gestión de residuos, este nombramiento genera expectativas entre los ciudadanos.
Un clamor por el cambio
La Fiscalia ha solicitado revisar la absolución de Alves, ya que considera que fue una decisión arbitraria y con una valoración no racional de las pruebas presentadas. Mientras tanto, desde el GOB se escucha fuerte y claro: «Mallorca no quiere ser el vertedero de Eivissa». Este grito resuena en cada rincón, reflejando la creciente preocupación por cómo se manejan nuestros recursos y nuestro entorno.
A su vez, Cort ha decidido construir un nuevo aparcamiento soterrado en la zona de Gesa, una medida que muchos ven como necesaria pero otros critican por su impacto ambiental. Además, el Parlament d’Aragó está impulsando la declaración de la Llotja de Palma como Patrimonio de la Humanidad; sin duda, un paso importante para preservar nuestra historia.
En medio de todo esto, vale recordar que el Consell de Mallorca ha tomado más de 800 casas ilegales en rústico en los últimos ocho años. ¡Qué números! Y esto es solo un 10% del total en Algaida. La Guàrdia Civil también sigue investigando si lo ocurrido en La Coma fue un asesinato o suicidio; temas que nos mantienen a todos expectantes.
No podemos olvidar las decisiones políticas sobre vivienda: el PP y Vox han rechazado limitar la compra por parte de extranjeros en Baleares y Canarias. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Con esta mezcla tan explosiva de noticias e iniciativas, parece claro que nuestra comunidad necesita más que nunca unir fuerzas para abogar por un futuro sostenible.