En un giro inquietante, los datos revelan que la violencia de género ha aumentado un 10% en las Islas Baleares. ¿Qué está pasando en nuestra sociedad? A pesar de los esfuerzos por erradicar esta lacra, seguimos viendo titulares desgarradores. En Palma, un hombre ha sido detenido por abusar de una familiar menor, y la comunidad no puede quedarse callada ante estos hechos.
La voz del feminismo resuena fuerte
Las palabras del movimiento feminista son claras: la absolución de ciertos casos envía un mensaje devastador a las víctimas. “No vale la pena denunciar”, dicen. Esta sensación de impotencia se hace eco en cada rincón, mientras que una reciente detención de un policía local por violencia de género nos recuerda que el problema puede estar más cerca de lo que pensamos.
A su vez, no podemos olvidar el caso escalofriante del hombre de 82 años que fue encarcelado tras matar a su pareja. La noticia deja un rastro oscuro sobre cómo estamos lidiando con esta problemática. Por otro lado, el Parlamento aragonés da pasos hacia adelante al considerar la Llotja de Palma como Patrimonio de la Humanidad, pero ¿son suficientes estas medidas frente a una realidad tan cruda?
No es solo una cuestión estadística; es una llamada urgente a la acción. El Consell ha demolido más de 800 casas ilegales en ocho años, pero también debemos construir comunidades más seguras donde todos se sientan protegidos y escuchados.