En un mundo donde el arte y la música suelen ser sinónimo de lucha y resistencia, Toni Góndar Fernández se atreve a abrir el debate. Antes, nos cuenta, su compromiso con el underground era casi como una batalla personal. Pero hoy en día, parece que ese fervor se ha diluido en un mar de apatía. ‘Ahora me da igual’, confiesa sin tapujos.
¿Qué ha cambiado?
Es curioso pensar cómo las nuevas generaciones se relacionan con la cultura. Dicen que ‘dime de qué color tienes las paredes y te diré a qué generación perteneces’, y tal vez haya algo de verdad en ello. La conexión emocional que antes existía ahora parece estar desvaneciéndose, dejando un vacío que pocos están dispuestos a llenar.
Toni no es solo un artista; es un reflejo de lo que está sucediendo en nuestra sociedad. Mientras algunos luchan por mantener viva la llama del underground, otros parecen conformarse con la comodidad de lo superficial. Y eso es lo que duele: ver cómo lo auténtico se convierte en un mero recuerdo entre las sombras.
Sin duda, sus palabras resuenan en muchos de nosotros. A medida que avanzamos hacia una era donde todo se vuelve accesible y rápido, ¿estamos realmente perdiendo el sentido de comunidad? Tal vez sea hora de replantearnos nuestras prioridades antes de tirar todo esto a la basura.