Imagina tener que pagar 350 euros por un simple litro compartido en un estudio en Palma. Esto es lo que enfrentan muchos jóvenes hoy en día, una situación desesperante que nos saca de quicio. Y no es solo eso; las denuncias se acumulan mientras los precios de la vivienda siguen disparándose. En un lugar donde el turismo monopoliza todo, ¿dónde queda nuestra gente?
La lucha por un hogar dignamente asequible
No podemos cerrar los ojos ante la realidad. El PP y Vox, en su intento de proteger sus intereses, se oponen a hacer públicos los detalles del programa Lloguer Segur. ¿Por qué? La respuesta parece clara: quieren mantener el control y seguir rentando a costa del sufrimiento ajeno. Además, hemos visto situaciones extremas como la de un propietario amenazando con un cuchillo y una pistola a sus inquilinos para desahuciarlos. No es justo, ni humano.
A medida que nos acercamos al verano, la presión aumenta. Muchos hoteleros se quejan de no haber alcanzado su capacidad máxima durante la Semana Santa, pero esto es solo otra excusa para perpetuar este monocultivo turístico que está destruyendo nuestra isla.
Pero no todo son malas noticias; el Ibavi ha comenzado a entregar las llaves de 25 viviendas para personas mayores en Palma. Un pequeño paso hacia adelante, aunque claramente insuficiente frente a toda esta crisis.
Nuestra comunidad necesita soluciones reales y urgentes. Todos merecemos un lugar al que llamar hogar sin miedo a ser echados a patadas o pagar precios abusivos. Es hora de levantarnos y exigir lo que nos corresponde.