En un giro de acontecimientos que nos recuerda la cruda realidad, una trabajadora del ORA tuvo que regresar a su puesto al día siguiente de recibir una perdigonada. La valentía de esta mujer es admirable, pero ¿qué nos dice esto sobre nuestro entorno laboral? A veces parece que el peligro acecha más cerca de lo que pensamos.
La situación en la isla es insostenible
Recientemente, el Hotel Formentor ha decidido poner fin a sus polémicas excursiones todo terreno hacia Cala Murta. Según los hoteleros, han estado operando muy por debajo de su capacidad durante la Semana Santa y afirman que eso no puede ser “compatible con la saturación” turística. Sin embargo, ¿no será que ellos son parte del problema?
A medida que seguimos viendo cómo los jóvenes en las Islas Baleares perciben el castellano como “la lengua de todos y de nadie”, también escuchamos historias desgarradoras. Recientes sanciones contra asentamientos ilegales y preocupantes sucesos como la muerte de un niño mientras jugaba al baloncesto en Eivissa solo refuerzan nuestra percepción: estamos en un momento crítico.
Mientras tanto, las voces se alzan. Prohens apunta directamente a Sánchez como responsable del aumento desmedido en el número de turistas, mientras los sindicatos consideran “insultante” la oferta salarial del 8,5% presentada por las patronales para el nuevo convenio de hostelería. Pero aquí no acaba la historia; hay quienes creen firmemente que “el mestizaje global se ha puesto en marcha”. En este contexto convulso, debemos preguntarnos: ¿hacia dónde vamos realmente?