En un rincón de Menorca, el bullicio de la vida cotidiana se detuvo momentáneamente. Una marxa festiva inundó las calles de Maó, llevando consigo una poderosa petición: que se limite el número de coches turísticos en la isla. ¿Por qué? Porque Menorca ya no puede más. La saturación está a la vuelta de cada esquina y lo estamos viendo todos.
A medida que avanzaban por las calles, con pancartas en mano y una sonrisa en el rostro, los participantes hacían eco del sentimiento colectivo que nos une: “¡Basta ya! Necesitamos un respiro”. En esta movilización no solo estuvo presente Maó; Palma y Eivissa también levantaron su voz en una jornada europea programada para el 15 de junio. Todos juntos, clamando por un turismo sostenible que respete nuestra tierra.
Un grito de auxilio ante la masificación
No se trata solo de limitar coches; es un clamor contra el monocultivo turístico que ha comenzado a devorar nuestra esencia. “Este Gobierno nunca ha negado la saturación”, afirmaba uno de los asistentes mientras miraba a su alrededor, observando cómo la belleza natural se ve amenazada por un flujo constante de vehículos. Y es que, aunque algunos decidan ignorar las advertencias sobre recursos hídricos y capacidad turística, nosotros sabemos que esto debe cambiar.
Bajo ese espíritu solidario y festivo, Menorca se levanta con fuerza. Porque no podemos permitir que nuestro hogar sea simplemente un destino más donde tirar a la basura nuestras tradiciones y forma de vida. Hoy hemos dado un paso adelante; ¡y esto apenas empieza!