En un mundo donde el ritmo no para, a veces olvidamos lo básico: dormir. Y sí, aunque parezca una tontería, 10 minutos más de sueño pueden marcar la diferencia en la vida de nuestros jóvenes. ¿Quién no ha visto a un adolescente arrastrándose por la mañana como si llevara un peso enorme sobre los hombros? La falta de descanso afecta no solo su energía, sino también su estado de ánimo y capacidad de concentración.
Un pequeño cambio que puede transformar el día
El filólogo Isidor Marí nos recuerda que cada minuto cuenta. Al añadir esos 10 minutitos extras al sueño, estamos ofreciendo una oportunidad invaluable para que se despierten con mejor pie. En vez de tirarlo todo a la basura y pensar que son solo unos minutos más, deberíamos considerar cómo ese pequeño gesto puede influir positivamente en su rendimiento académico y bienestar emocional.
Pensemos en esto: ¿cuántas veces hemos escuchado hablar del famoso monocultivo turístico en nuestras islas? Así como este fenómeno afecta nuestro entorno, también hay hábitos perjudiciales que impactan el desarrollo integral de nuestros jóvenes. Por eso, propongámonos ser parte del cambio, promoviendo rutinas saludables desde casa.
Cambiar nuestra perspectiva sobre lo que significa descansar podría ser el primer paso hacia una sociedad más saludable. Después de todo, si logramos cuidar a nuestra juventud y garantizarles las horas necesarias para reponer energías, estaremos invirtiendo en un futuro lleno de posibilidades.