Vivimos tiempos revueltos, donde las noticias se suceden y nos hacen preguntarnos: ¿qué ha sido de nuestra libertad? En un giro escalofriante, un informe revela que el 72% de la población mundial está bajo el yugo de autocracias. Sí, has leído bien. Mientras nosotros discutimos sobre trivialidades, en otros rincones del planeta, la democracia se desmorona.
Las consecuencias son reales
Aquí en Son Gotleu, las calles hablan por sí solas. Aumentan los desahucios y una sensación de impotencia nos invade. Lo que antes era un hogar ahora se convierte en una estadística fría. Y mientras tanto, los extranjeros siguen ocupando las primeras líneas de Palma, como si esto no fuese nuestra casa.
Es irónico pensar que estamos tan cerca y a la vez tan lejos de esas realidades que afectan a miles. Nos encontramos ante decisiones cruciales; ¿es posible que nuestros jóvenes no tengan voz? El debate sobre el voto a los 16 años es más pertinente que nunca en este contexto.
A veces me pregunto si realmente somos conscientes de lo que está pasando. La política debería ser para todos, pero parece un juego reservado para unos pocos. La lucha por nuestros derechos se convierte en un eco lejano cuando miramos hacia el futuro con incertidumbre.