Hoy, la tranquila Cala d’Or se ha visto sacudida por una noticia desgarradora. Un hombre de 89 años ha perdido la vida tras ser atropellado, dejando a todos en estado de shock. Este trágico suceso nos recuerda lo frágil que puede ser la vida y cómo un instante puede cambiarlo todo.
Una comunidad consternada
Los vecinos no pueden evitar sentir un profundo dolor ante esta pérdida. La imagen de un anciano, que probablemente paseaba por las calles que han sido su hogar durante tantos años, es difícil de asimilar. “Es devastador pensar que alguien tan querido ya no está”, comentaba uno de los residentes visiblemente afectado.
Este accidente es solo una muestra más de cómo nuestra sociedad necesita poner más atención en la seguridad vial. Las calles deben ser un lugar seguro para todos, especialmente para nuestros mayores, quienes merecen disfrutar de sus últimos años con tranquilidad. Es hora de dejar atrás el monocultivo turístico y priorizar el bienestar de nuestra comunidad. No podemos permitir que estas tragedias sigan ocurriendo.