La reciente intervención de Vicenç Vidal ha vuelto a poner sobre la mesa un tema que nos toca a todos: el racismo camuflado en palabras como ‘menas’, que, según él, «és una merda de paraula». Y es que aquí, en nuestras queridas Islas Baleares, parece que hay quienes piensan que la solución a los problemas sociales está en comprar un xalet en Son Vida, mientras el resto de nosotros nos enfrentamos a realidades mucho más duras.
El clamor por una justicia social
En Manacor, la pregunta resuena entre los vecinos: ¿Qué es la manacorinitat? Una cuestión profunda que refleja la identidad y luchas locales. Por otro lado, no podemos ignorar cómo las exigencias del partido Vox al PP están comenzando a moldear nuestro futuro. Desde recortes en subvenciones hasta aumentar la presencia del castellano en nuestra vida diaria; su mensaje llega claro y fuerte.
A medida que vemos crecer las demandas turísticas -con hoteles y restaurantes ampliando sus espacios- también se percibe una clara falta de consideración hacia lo realmente importante: nuestra gente. A pesar del eco de promesas vacías sobre el ecotasa o los coches de alquiler turísticos, lo cierto es que cada vez se siente más como si estuvieran tirando todo esto a la basura.
Es hora de recordar que esta tierra no debería ser solo un campo de juegos para ricos. Las Baleares deben ser un lugar donde todos podamos prosperar, sin importar nuestro origen o estatus social.