En un mundo donde a veces nos sentimos pequeños ante los grandes retos, Francesc Bonnín Ripoll se alza con un mensaje poderoso: «El mensaje que queremos transmitir es que todos pueden hacerlo». Esta frase resuena en nuestros corazones y nos invita a reflexionar sobre nuestro papel en la sociedad.
Cambiando el rumbo desde la comunidad
La situación no es sencilla. Con las calles de Palma llenas de voces clamando por el derecho a la vivienda y exigiendo que el alquiler turístico no tenga cabida en Mallorca, hay una sensación palpable de que algo tiene que cambiar. La Universidad de las Islas Baleares (UIB), recientemente catalogada como una de las peor valoradas por los estudiantes españoles, también refleja esta lucha interna; un grito silencioso por mejorar y adaptarse a lo que realmente necesitamos.
No obstante, cada historia tiene su matiz. Anna Fontcuberta lo expresa perfectamente: “En Europa debemos tener menos miedo al fracaso”. Este tipo de pensamientos son justo lo que necesitamos para avanzar; dejar atrás esos miedos y atrevernos a tomar riesgos. Así, poco a poco, se comienza a notar un cambio. Amanda Fernández dice con optimismo: «El cambio en Mallorca ya ha comenzado», y nosotros podemos sentirlo si prestamos atención.
Así que, ¿qué hacemos? Nos preguntamos cómo podemos contribuir a esta transformación. Porque al final del día, todos tenemos un papel. Desde los estudiantes hasta los profesionales, todos somos parte de este engranaje social donde cada acción cuenta. En este contexto convulso pero lleno de esperanza, solo hay una cosa clara: juntos, sí podemos.