El pasado fin de semana, Mallorca se llenó de vida y pasión con la celebración del Día del Viticultor. Vi de la Terra hizo un llamado a todos para reafirmar su compromiso hacia la Denominación de Origen, recordándonos que el vino es mucho más que una bebida; es historia, esfuerzo y amor por esta tierra. Mientras tanto, en Inca se rindió homenaje a Andreu París durante el Memorial de l’Oblit, un acto que no solo recordó su legado sino que también nos hizo reflexionar sobre lo que estamos dejando atrás.
Desafíos medioambientales en nuestras islas
Y aunque celebramos nuestras tradiciones, no podemos ignorar la amenaza latente del fuego. Con un exceso de vegetación en nuestros campos, el peligro está al acecho: un incendio puede comenzar en Andratx y extenderse hasta Pollença si no tomamos medidas. Este problema no es solo un tema aislado; afecta a toda nuestra comunidad. La realidad es que vivimos momentos difíciles donde la crítica cultural parece estar en peligro de extinción aquí, en las Baleares.
Mientras revivimos historias como las del tren que cumplió 150 años, entre aplausos y algunas críticas justas, nos preguntamos: ¿qué rumbo estamos tomando? No podemos dejar que el monocultivo turístico nos haga olvidar nuestras raíces. En este contexto social donde hasta un 18% de la población recurre a psicofármacos, urge atender nuestra salud mental y emocional.
A medida que miramos hacia adelante con esperanza por cambios políticos significativos y movimientos culturales necesarios, recordemos siempre lo importante que es cuidar nuestro patrimonio cultural y natural. Desde aquellos antiguos ibers hasta hoy, cada rincón tiene una historia que contar.