Marratxí ha vuelto a elegir el camino de las leyendas para celebrar con gran fervor la fiesta de Sant Marçal. En una misa solemne, los asistentes recordaron cómo este santo patrón estuvo presente en uno de los milagros más conocidos: la multiplicación de los panes y los peces. Aunque se dice que Sant Marçal vivió en el siglo III y fue el primer obispo de Limoges, aquí preferimos la tradición oral que lo sitúa entre los discípulos más cercanos a Jesús, participando en momentos clave del Evangelio.
Una celebración con sabor a tradición
El escudo de Marratxí no miente; refleja los cinco panes y dos peces que, según cuentan las historias, alimentaron a unas 5.000 personas gracias a un niño que aparece como protagonista. Este niño, muchos creen, era nada menos que Sant Marçal. Durante la misa, celebrada por Joan Pons, rector de Santa Maria, se volvió a resaltar esta rica narrativa llena de simbolismo religioso y humano.
A lo largo del día festivo, el ambiente se llenó de devoción mientras cientos se acercaban al altar para pedir su protección. Sin embargo, no todo es igual que antes; si bien la fe sigue intacta, el aroma en la plaza ha cambiado drásticamente. Ahora huele más a hamburguesas que a hierbas frescas o dulces tradicionales. Los tenderetes han desaparecido casi por completo y las antiguas tradiciones parecen desvanecerse poco a poco.
Aun así, algunos intentan recuperar costumbres perdidas como las hortensias que solían adornar la iglesia en honor al santo. Y aunque ya no son tantas como antes, hay quienes siguen llegando desde localidades vecinas como Santa María o Llubí para mantener viva esta conexión con nuestro pasado.
A pesar del paso del tiempo y las transformaciones inevitables que sufren nuestras festividades, lo esencial permanece: la devoción hacia Sant Marçal está muy presente en nuestros corazones y nos une cada año en esta celebración única.