Bajo una lluvia que parecía querer acompañar la protesta, un grupo de alrededor de veinte vecinos se reunió este lunes a primera hora en la plaza de Cort. ¿El motivo? La reciente tala de diecisiete bellasombras en la plaza Llorenç Villalonga, una acción que ha encendido la ira de quienes aman su entorno. Con cacerolas en mano, hicieron eco de sus voces justo al lado del salón de plenos, donde los presupuestos municipales del próximo año se aprobaban sin mirar atrás.
Un grito por el patrimonio
Edita Navarro, presidenta de la Associació de Veïns de Sa Calatrava, tomó el micrófono como portavoz y expresó el profundo malestar que sienten por esta decisión tomada por Infraestructuras. Argumentando que se justificó con supuestos problemas de seguridad relacionados con los árboles, Navarro dejó claro que su comunidad no estaba dispuesta a aceptar esas explicaciones vacías. «No queremos terrazas en nuestra plaza», resonó entre las cacerolas y los murmullos indignados.
Navarro reclamó responsabilidades: «Exigimos claridad técnica y política sobre esta decisión». Y es que tras quitar esos árboles sanos, existe incertidumbre sobre qué pasará con el espacio: “No sabemos si habrá mesas y terrazas aquí después”, lamentó.
Pese a haber mantenido una reunión previa con la regidora Belén Soto el 15 de noviembre, donde solicitaron alternativas menos drásticas—“una acción más homeopática”, como lo llamaron—la respuesta fue un contundente riesgo absoluto del que no les mostraron informe alguno.
Las entidades firmantes han calificado este acto como un hecho inaudito; una violencia extrema hacia el patrimonio natural y urbano que debería ser cuidado. El manifiesto subraya lo preocupante de esta situación: “Es totalmente incompatible con los valores democráticos, ambientales y culturales que deberían guiar cualquier acción pública”. Entre las organizaciones respaldando este movimiento están diversas asociaciones vecinales e incluso grupos ecologistas locales.
A medida que avanza la semana, estos valientes vecinos han dejado claro que no cesarán en su lucha por preservar lo que es suyo. Las acciones reivindicativas seguirán hasta conseguir ser escuchados.

