Una vez más, la llegada de la Navidad nos ha traído una desagradable sorpresa. Este domingo por la tarde, los vecinos del centro de Palma se vieron envueltos en un caos sonoro que no se esperaban. Imagina estar disfrutando de un paseo por el Paseo del Borne o relajándote en la plaza Joan Carles I, y que de repente una caravana motera irrumpa con su estruendo. Este espectáculo ya había causado revuelo el año pasado, pero parece que este año se han superado.
La invasión motera
Poco después de las siete y media, una ruidosa columna de motos se adentró en las calles más transitadas. Mientras algunos ciudadanos aprovechaban para admirar las luces navideñas o hacer compras tranquilamente, otros veían cómo su paz se desvanecía ante el rugido ensordecedor de las motos. La imagen era casi surrealista: moteros vestidos con gorros rojos de Papá Noel y algunas motos decoradas con luces festivas haciendo sonar los claxons como si fueran parte de un desfile. Pero lo que deberían ser risas y alegría se convirtió rápidamente en molestia para quienes intentaban disfrutar de una tarde tranquila.
Y lo más sorprendente es que no había ni rastro de agentes de la Policía Local controlando esta situación tan evidente. ¿Dónde estaban? El paso ordenado pero ruidoso dejó a muchos atónitos, preguntándose cómo es posible que esto pase sin ningún tipo de regulación.
No podemos seguir así. La comunidad merece respeto y tranquilidad, especialmente en estas fechas tan señaladas. Ya basta de tirar a la basura el bienestar vecinal por unos pocos momentos efímeros llenos de ruido.

