La semana pasada, un grupo de ciudadanos se reunió para alzar la voz y defender a los bellasombra de la plaza Llorenç Villalonga. Pero esta lucha ha tomado un giro inesperado. Este miércoles, el Juzgado Contencioso Administrativo número 4 de Palma ha decidido poner fin a la tregua que protegía a estos 18 árboles, avalando así la petición del Ajuntament de Palma que argumenta su tala «por seguridad». La noticia no ha dejado indiferente a nadie.
Un riesgo palpable
El Consistorio asegura que estos árboles presentan serios problemas: están en mal estado y podrían caer en cualquier momento, especialmente con viento fuerte o lluvias intensas. «Es nuestra responsabilidad garantizar la seguridad de todos», argumentan desde el Ayuntamiento tras acceder a informes municipales que refuerzan su postura. Sin embargo, ¿es realmente necesario sacrificar estos árboles? Muchos no están convencidos.
La plataforma defensora de los bellasombra había propuesto alternativas como delimitar áreas con barreras físicas para evitar riesgos. Pero el juzgado ha señalado que estas medidas han demostrado ser ineficaces; incluso las vallas fueron encontradas fuera de su lugar al día siguiente. Además, hay una preocupación mayor: si se cerrara el acceso a esta zona, podría comprometer la llegada de emergencias como bomberos o ambulancias.
A pesar del revuelo, el juez ha decidido denegar la suspensión solicitada por quienes se oponen a la tala y reafirma que debe prevalecer la seguridad ciudadana por encima de todo. No es solo una cuestión técnica; es una decisión que toca fibras sensibles en nuestra comunidad.
El Ayuntamiento asegura que por cada bello sombra talado se plantarán veinte nuevos árboles en su lugar. Pero muchos se preguntan si esto compensará realmente lo perdido o si simplemente estamos tirando a la basura parte de nuestro patrimonio natural.

